La leyenda del
conejo de Pascua cuenta que cuando Jesús fue puesto en el sepulcro que les
había dado José de Arimatea, había dentro un conejo que estaba muy asustado
viendo como la gente entraba y lloraba debido a la muerte de Jesús. El conejo
se quedó allí viendo el cuerpo de Jesús y se preguntaba quién sería aquel
hombre tan querido por las personas. Todo un día y toda una noche había pasado
cuando de repente vio algo sorprendente, Jesús se levantó y dobló las sábanas
con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada
y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca! El conejo comprendió que Jesús
era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las
personas que lloraban que ya no tenían que estar tristes porque Jesús
había resucitado. Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si
les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría, y
así lo hizo. Desde entonces, según la leyenda, el conejo sale cada Domingo
de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al mundo
que Jesús resucitó y que hay que vivir alegres.
Desde antes
de Cristo, el conejo era un símbolo de la fertilidad, asociado a la Diosa
fenicia Astarté en alusión a esa diosa, en algunos países a la festividad de
Pascua se la denomina Easter que era «originalmente la festividad de la
primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y la primavera, a
quien se le conocía en anglosajón como Easter». Ya en el siglo VIII Ios
cristianos habían transferido dicha fiesta a la fe cristiana asignándole la
celebración de la Resurrección de Cristo y adaptaron la fiesta pagana en
las tradiciones cristianas. A partir del XIX se empezaron a fabricar los
muñecos de chocolate y azúcar en Alemania.
Hoy en día,
además de los huevos de chocolate, también se elaboran conejos de chocolate,
que se suelen regalar por estas fechas, y son también un producto de pastelería que puede verse en muchas
de las tiendas de los países del norte de Europa.
El papel del
conejo aparece relacionado con la primavera norteamericana, ya que en el juego
de esconder los huevos en los jardines o patios los conejos aparecían debido a
que coincidía con el fin del invierno.
Adaptación de
María Laura Pardo.
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