La estimulación temprana es un grupo de técnicas para el desarrollo
de las capacidades y habilidades de los niños en la primera infancia. Es el
grupo de técnicas educativas especiales empleadas en niños entre el
nacimiento y los seis años de vida para corregir trastornos reales o
potenciales en su desarrollo, o para estimular capacidades compensadoras.
Psicosocial: se trata del momento en el que el ser humano comienza con un proceso de
adaptación psicológica y una interacción constante con su medio ambiente, para
el bebé desde la etapa de la vida intrauterina el cerebro comienza con un
proceso de maduración para después del nacimiento ser capaz de desarrollar sus
funciones elementales, con la estimulación del cerebro del niño se puede
lograr el desarrollo y maduración de sistema nervioso central, y se lleva a
cabo una interacción con las personas que lo rodean de manera activa y pasiva,
en relación al bebe.
Emocional: es el desarrollo de conductas que marcan el temperamento del niño, por
medio del cual se establecen patrones de conducta que el niño sigue como modelo
de su aprendizaje.
Existen tres categorías en el desarrollo emocional:
Fáciles: niños de buen humor y predecibles
Difíciles: frecuentemente irritables e impredecibles
Lentos para responder: malhumorados y poco sensibles a la atención
Intelectual: tiene como objeto estudiar las distintas estructuras del conocimiento en
cada etapa del desarrollo personal, especificando como las percibe y las
utiliza para relacionarse con otras y adaptarse al medio ambiente. Jean Piaget
plantea que tales estructuras no son fijas sino que se van enriqueciendo y
haciendo cada vez más complejas en distintas etapas de nuestra vida, desde la
infancia hasta la edad adulta.
Social: el desarrollo social del niño también se encuentra influenciado por su
entorno en el cual se desenvuelve, y de las personas que se encuentran a su
alrededor o se encuentran a cargo de él, el niño al relacionarse con los
adultos, es capaz de aprender de ellos y así poder desarrollarse fuera del
hogar, y dentro de él, los padres o cuidadores tienen un comportamiento propio
reflejaran en el cuidado que se le brinde a los niños. Los valores de la
familia, el afecto y las reglas de la sociedad le permitirán al niño, poco a
poco, dominar su propia conducta, expresar sus sentimientos y ser una persona
independiente y autónoma.
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