Sobre su origen, la tradición de la cena hunde sus raíces en los rituales a razón de los solsticios de invierno en Europa, en donde se encendían hogueras para simbolizar y celebrar que la luz vence a las tinieblas mientras los días comenzaban a alargarse.
Hay algunos indicios del origen de la cena de Navidad en las culturas nórdicas que ofrecían cultos al dios Freyr, señor de la lluvia, del sol y la fertilidad; de similar modo, los vikingos celebraban a Yuletide.
El factor común de estas fiestas era el sacrificio de los jabalíes para asarlos y comerlos como homenaje a los dioses. Todavía, hasta el siglo XII, perduró está tradición durante el reinado de Enrique II de Inglaterra, aunque debido a la escasez de jabalíes fueron reemplazados por cerdos domesticados, más presentes en Alemania, Dinamarca e Inglaterra, tradición que posteriormente fue exportada a América Latina.
No obstante, América incluyó el pavo o gallina de las Indias, más popularizado desde el siglo XVI en México.
Otros comestibles navideños provienen de la Inglaterra victoriana, que acostumbraba adornar el árbol de Navidad con caramelos, frutas, pan de jengibre, entre otros.
En cambio, los frutos secos (nueces y almendras) vienen de los romanos; particularmente, la nuez, el símbolo de la unión conyugal, la prosperidad y abundancia que increpaban al dios Júpiter.
(Referencia: prensa.com)
Comentarios